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LA VERDAD QUE NOS HACE LIBRES

PARTE 3: RECIBIENDO LA VERDAD

15 de mayo de 2013 (Revisado 06/10/13)

 

 

    Una vez que comprendemos que Jesús es la verdad (Juan 14:6), y nos hemos preparado apropiadamente para recibir la verdad por medio de vaciarnos de las doctrinas originadas por los hombres (Timoteo 1:1-4), y nos repudiamos a nosotros mismos (Mateo 16:24), entonces estamos listos para recibir la verdad.


    Como parte de nuestro reinicializarnos espiritualmente, lo primero que queremos es comprender es cómo usar la Biblia para reconstruir nuestra fe. Un repaso de los libros de la Biblia revela que puede ser dividida en cuatro secciones principales:


Sección 1 — Génesis a Malaquías - los cuales contienen la historia hebrea, experiencia y entendimiento de Dios


Sección 2 — Mateo a Juan - los cuales contienen los registros de la vida de Jesús y sus enseñanzas


Sección 3 — Hechos a Judas - los cuales contienen los hechos de los apóstoles y discípulos y su entendimiento de Jesús y sus enseñanzas

 

Sección 4 — Revelación - que contiene una extraordinaria y compleja profecía

 

    Hemos pensado en una analogía: la Biblia es como un banquete suntuoso. Las escrituras hebreas son el aperitivo, las enseñanzas de Jesús son la carne, las escrituras de los discípulos son los vegetales, y Revelación es el postre. Para nuestros propósitos, la sección 2 es donde empezamos — la carne de la Biblia. Puesto que Jesús es la verdad, nos parece apropiado comenzar allí.


    Lo que queríamos saber es lo siguiente: ¿qué enseñó Jesús en realidad? Habíamos limpiado nuestras creencias de las doctrinas e interpretaciones de hombres. No queríamos influencias externas o interferencias. Sentimos un gran respeto por los esfuerzos que a través de los siglos muchos han hecho para preservar y traducir las escrituras cristianas del arameo y griego a los lenguajes modernos de nuestro día. Y sentimos un gran respeto por aquellos que analizaron las escrituras y proveyeron índices, concordancias y léxicos como ayudas en nuestra búsqueda por entendimiento.

 

    Pero también debemos darnos cuenta de que esos individuos estaban limitados de muchas maneras por las costumbres o tradiciones de su día y su propia visión espiritual limitada. Sus interpretaciones estaban matizadas y circunscritas a sus agendas nacionales y su propio progreso social. Por ejemplo, ya en el 33 E.C., se nos dijo esto:

 

“Ante aquello, Pedro abrió la boca y dijo: “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto.”

– Hechos 10:34-35


    Sin embargo a los cristianos les ha tomado casi 2000 años aceptar esta escritura. Y en muchas áreas del mundo esta idea todavía no es aceptada. ¿Cómo ha podido el cristianismo tolerar la esclavitud, y la opresión de las mujeres? ¿Cómo pudieron estos relativamente fieles cristianos albergar y promover el colonialismo? Una razón es que los puntos de vista de ellos sobre las enseñanzas de Jesús las heredaron y fueron promovidas por los líderes de la iglesia quienes, como lo sabemos ahora, tenían una agenda distinta a la de Cristo Jesús.

 

    También podemos tomar nota de lo que ocurrió en el cristianismo en los años 1800, especialmente en América. Hubo una explosión de dispensacionalismo (*) y especulaciones sobre el tiempo del fin llamada escatología. Comenzando en el primer siglo e.c., y durante cada siglo siguiente, muchos grupos cristianos creyeron que el libro de Revelación estaba teniendo cumplimiento en su día y estaban seguros de que comprendían su significado. Esto no era nuevo. Sin embargo, en los años 1800 algo diferente estaba sucediendo.

 

    Los dispensacionalistas estaban desarrollando teorías basadas en escrituras aisladas y una variedad de especulaciones. Los testigos de Jehová, anteriormente conocidos como los estudiantes de la Biblia, fueron tan solo uno de los muchos grupos que habían especificado fechas para los eventos del tiempo del fin. Algunos de estos grupos desaparecieron junto con sus interpretaciones fallidas. Otros, incluyendo a los testigos de Jehová, simplemente recalcularon y reafirmaron nuevas fechas cada vez con mayor fervor. Como consecuencia de estos movimientos religiosos, hay un largo registro de destrucción de su fe y desastres económicos [de sus concurrentes] hasta este día. Por esta razón, debemos ser vigilantes en cuanto lo que creemos y ser cautelosos, especialmente, en lo relacionado con nuestras expectativas espirituales y religiosas.


    En vez de simplemente dejarnos llevar por las doctrinas e interpretaciones proféticas de nuestra iglesia, debemos ver nuestras propias creencias bajo una nueva perspectiva. Las ideas que están en armonía con las enseñanzas claras y sencillas de Jesús las aceptamos y nos aferramos a ellas. Pero aquellas que no tienen su apoyo o está en oposición a las enseñanzas de Jesús deben ser rechazadas.

 

   Con esta información en mente, queríamos adquirir el mensaje de Jesús más puro, sin adulterar, que pudiéramos obtener. Queríamos comprender qué era lo que Jesús específicamente quería que supiéramos. De esa manera, podríamos construir una fe en la fundación firme de la verdad como la personificó Cristo Jesús, y en el proceso, podríamos evitar ser extraviados nosotros mismos por los esfuerzos de aquellos que, aunque sinceros, son hombres imperfectos con prejuicios o entendimiento limitado.


    Puesto que llegamos a la conclusión de que la sección 2 contenía información acerca de ‘la verdad,’ también concluimos de que la secciones 1, 3 y 4 deben ser entendidas a través del paradigma o modelo de la sección 2. En otras palabras, cuando tratamos de comprender lo que los escritores hebreos quisieron decir, tenemos que examinar esas enseñanzas a través del cristal de las enseñanzas de Jesús, y no al revés. Y si queremos comprender el significado de lo que dijeron los apóstoles y discípulos, o lo que representan los simbolismos de Revelación, también debemos examinarlos a través del cristal de la sección 2. Consecuentemente, si hay alguna discrepancia entre lo que Jesús enseñó y las otras porciones de la Biblia, siempre nos ponemos de parte de Jesús y buscamos comprender las otras porciones en relación a, y subordinados a, lo que Jesús enseñó.


    Esto es lo que Jesús quería que hiciéramos cuando una vez le preguntaron por qué él y sus discípulos no participaban en la práctica judía de ayunar, Jesús le respondió:


“Nadie cose un remiendo de paño no encogido en una prenda de vestir exterior vieja; porque su plena fuerza tiraría de la prenda de vestir exterior, y el desgarrón se haría peor. Tampoco ponen vino nuevo en odres viejos; pero si acaso lo ponen, entonces los odres se revientan y el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, el vino nuevo se pone en odres nuevos, y ambas cosas se conservan.”

– Mateo 9:16-17

 

    Aquí, Jesús nos está diciendo que lo que él nos trae es algo nuevo y diferente, y su nueva y diferente enseñanza no casa con las viejas prácticas del sistema judío. Cuando alguien trata de armonizar las enseñanzas de Jesús con el antiguo sistema judío, no solamente quedarían perdidas las enseñanzas de Jesús, sino también el sistema judío sería destruido — no tendría ya más sentido. Y ¿no es eso lo que ahora vemos que pasó?

 

    Por ejemplo, seguramente usted puede ver que el Dios que Cristo Jesús describe es muy diferente de la representación de Dios a la nación hebrea. Si se trata de armonizar el Dios de Jesús con la descripción antigua del Dios de los hebreos, el Dios de amor se pierde, y el Dios de las escrituras hebreas parece infantil. Pero si aceptamos las enseñanzas de Jesús como una revelación nueva y verdadera, podemos mirar su descripción en escrituras hebreas, no como equivocadas, sino como una revelación parcial o incompleta. (1 Corintios 13:9-13) Podemos conocer al Dios verdadero como Jesús nos lo reveló, sin perder el respeto por las escrituras hebreas.

 

    Cuando completamos la sección 2, llegamos a un nuevo entendimiento y aprecio por el mensaje de las buenas nuevas del reino. Pudimos discernir la personalidad inigualable de Jesús y el gran amor del padre. Luego pasamos a la sección 3 —los nutritivos vegetales y platillos secundarios— y alcanzamos una valoración más profunda de las buenas nuevas por medio de la vida y las enseñanzas de los discípulos y apóstoles. Luego nos hicimos estas preguntas:

 

¿Qué aspecto de las enseñanzas de Jesús era tan revolucionario que los separó de las leyes judías y sus rituales?

 

¿Por qué fue que el mensaje de Jesús hizo que sus discípulos y apóstoles dejaron las sinagogas y se separaran de entre los judíos?

 

¿Qué fue lo ofensivo de las enseñanzas de Jesús que causó que sus seguidores fueran expulsados de las sinagogas?

 

¿Qué fue lo que enseñó Jesús que causó que los hombres y mujeres comunes voluntariamente y con ahínco hablaran a otros acerca de Jesús y sus enseñanzas?

 

¿Qué fue tan profundo e importante que hizo que los hombres y mujeres promedio estuvieron dispuestos a dar sus vidas, aún en una muerte dolorosa?

 

¿Qué contenido de las enseñanzas de Jesús continúa influenciando a hombres y mujeres más de 2000 años después de su muerte?


    Cuando encontramos las respuestas a estas preguntas, nos fue posible comprender las verdaderas buenas nuevas. Comprendimos nuestra relación con éstas y lo que teníamos que hacer en cuanto a ellas.

 

    Cuando repasamos la sección 1, nos dimos cuenta que únicamente contenía un entendimiento parcial de Dios y sus propósitos. Como el apóstol Pablo escribió:


Entonces, ¿por qué la Ley? Fue añadida para poner de manifiesto las transgresiones, hasta que llegara la descendencia a quien se había hecho la promesa; y fue transmitida mediante ángeles por mano de un mediador. Ahora bien, no hay mediador cuando se trata de una sola persona, mas Dios es uno solo. ¿Está la Ley, por lo tanto, contra las promesas de Dios? ¡Jamás suceda eso! Porque si se hubiera dado una ley capaz de dar vida, la justicia realmente habría sido por medio de ley. Pero la Escritura entregó todas las cosas juntas a la custodia del pecado, para que la promesa que resulta de fe para con Jesucristo se diera a los que ejercen fe. Sin embargo, antes que llegara la fe, estábamos guardados bajo ley, entregados juntos en custodia, esperando la fe que estaba destinada a ser revelada. Por consiguiente, la Ley ha llegado a ser nuestro tutor que nos conduce a Cristo, para que se nos declarara justos debido a fe. 25 Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos bajo tutor.”

– Gálatas 3:23-25

 

    Por lo tanto, cuando leemos la sección 1, tengamos en mente que los asuntos contenidos en ésta son básicamente lecciones y pautas —los aperitivos. Hasta antes de Jesús, los hombres estaban custodiados y guardados por la ley. Pero, por completo, desde que Jesús llegó, somos guiados y guardados por la verdad — el plato principal.


    Finalmente, nos enfocamos en la sección 4, el libro de Revelación —el postre. Teníamos en mente que cualquier entendimiento que obtuviéramos de éste, tenía que ser consistente con la sección 2 ya que el libro de Revelación, también, fue dado por Jesús.


“Una revelación por Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a sus esclavos las cosas que tienen que suceder dentro de poco. Y él envió a su ángel y mediante este [la] presentó en señales a su esclavo Juan, 2 que dio testimonio de la palabra que Dios dio y del testimonio que Jesucristo dio, aun de todas las cosas que vio.”

– Revelación 1:1-2


    Puesto que la Revelación fue presentada en señales, sabemos que no podemos tomar lo que dice literalmente. Las ideas, personajes y rasgos simbolizan otras cosas que deben transmitir a la mente de los lectores ciertas ideas y conceptos. Estos simbolismos gráficos están diseñados para estimular y provoca la imaginación y pensamiento espiritual. Y a menudo usa frases como:

 

“El que tenga oído, oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones.”

– Revelación 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22


“Si alguno tiene oído, oiga.”

– Revelación 13:9


    Un ejemplo de simbolismo gráfico es cuando éste habla de una ‘guerra en el cielo:’


“Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron, pero este no prevaleció, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados abajo con él.”

– Revelación 12:7-9

 

    ¿Cómo se libraría una guerra en el cielo? Dudamos que fuera una guerra carnal como las guerras en la tierra. Aprendemos del apóstol Pablo que los cuerpos de criaturas celestiales son incorruptibles (1 Corintios 15:42, 50) Eso significa que no se desgastan y nadie puede arbitrariamente o por negligencia destruirlos. Aunque estamos seguros de que el Padre retiene la autoridad para decretar que una personalidad incorruptible sea extinguida por desobediencia crasa sin arrepentimiento o por rebelión (Judas 6)


    No, guerra en el cielo es más parecida una guerra de palabras, una guerra de ideas tal como un reto a la autoridad y soberanía. ¿Cuál es el lado que tiene la razón? ¿Cuál lado conduce a la vida? ¿Cuál es el lado que apoya al Padre? Nos parece que habría debates entre unos y otros entre los afectados hasta que fuera claro quién es victorioso. Una guerra celestial no es tan barbárica como las guerras físicas de hombres, pero es mucho más letal. En una guerra física, vidas físicas están en peligro, pero en una guerra en los cielos se pelea en términos de vida eterna. Para transmitir a la mente humana naturaleza muchísimo más letal de una guerra en el cielo, los señales y símbolos tienen que ser espantosos y más allá de lo que podríamos imaginarnos que podría suceder en una guerra física.


    De hecho, nos inclinamos a creer que muchas de las señales y símbolos de Revelación de igual manera son eventos que sucedieron, están ocurriendo, o van a tener lugar en el ámbito de los cielos o se relacionan con asuntos espirituales. El hombre en general tiene la tendencia a pensar que los cielos son etéreos y no reales. La Revelación muestra que los cielos son en verdad reales y que los decretos celestiales pueden tener efectos reales en la humanidad, efectos mucho mayores que las que puede tener tragedias en la tierra.


    Y creemos que cuando dice que fue dada en señales, significa que ciertos ángeles y otros seres celestiales estaban representando un drama para Juan, en vez de que Juan estuviera recibiendo una vista por anticipado de cosas que actualmente ocurrirían en la tierra. Y basados en el registro de cómo el libro fue compilado, hasta parece que mucho del contenido del libro de Revelación ha sido cambiado, re arreglado, fragmentado y/u omitido. Por esta razón, no pretendemos conocer el significado completo de Revelación. Sospechamos que nadie puede en verdad comprenderlo por completo sin una revelación adicional por Jesús. Pero si lo vemos como un postre, completa nuestra comida espiritual y para completarla, experimentamos su
dulzura:

 

“Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra; porque el cielo anterior y la tierra anterior habían pasado, y el mar ya no existe. Vi también la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo desde Dios y preparada como una novia adornada para su esposo. Con eso, oí una voz fuerte desde el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: “¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas”. También, dice: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”. Y me dijo: “¡Han acontecido! Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. A cualquiera que tenga sed le daré de la fuente del agua de la vida gratis. Cualquiera que venza heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.”

– Revelación 21:1-7

 

    Hasta entonces, no vemos la necesidad de atemorizarnos de las visiones gráficas de Revelación. Sea cual sea su significado, se nos asegura en la sección 2 que todos aquellos que ejercen fe en las enseñanzas sencillas y claras de Jesús tendrán un futuro eterno y duradero.


Y no se hagan temerosos de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; sino, más bien, teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en el Gehena. ¿No se venden dos gorriones por una moneda de poco valor? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin [el conocimiento de] su Padre. Mas los mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. Por lo tanto, no tengan temor: ustedes valen más que muchos gorriones.”

– Mateo 10:28-31


“Porque esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.”

– Juan 6:40


“Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir; y todo el que vive y ejerce fe en mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?”

– Juan 11:25-26


”Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.”

– Mateo 6:33-34

 

    Hemos publicado muchos artículos en nuestro sitio de Internet que identifica y explica las enseñanzas auténticas claras y sencillas de Jesús — las verdaderas buenas nuevas. Pero ahora proponemos un reto a nuestros lectores para que descubran las buenas nuevas por sí mismos. Revise las preguntas que propusimos arriba en la sección 2. Nosotros encontramos nuestras respuestas y hasta cierto grado, hemos compartido muchas de ellas en nuestro sitio de Internet. Y aunque en verdad tenemos confianza de que nuestras explicaciones son exactas, es imperativo que cada persona examine las Escrituras por sí mismos y haga un descubrimiento personal de las buenas nuevas para que posea la verdad ella misma.


“Por consiguiente, les suplico por las compasiones de Dios, hermanos, que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio. Y cesen de amoldarse a este sistema de cosas; más bien, transfórmense rehaciendo su mente, para que prueben para ustedes mismos lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios.”

– Romanos 12:1-2

 

    Cuando uno descubre las verdaderas buenas nuevas por sí mismo, la dignidad personal y el auto respeto se elevan. Se da cuenta que usted mismo puede encontrar la verdad, sin estar sujeto a la dictadura y caprichos del hombre, y se dará cuenta de la verdad de las palabras de Juan:


“Estas cosas les escribo acerca de los que tratan de extraviarlos. Y en cuanto a ustedes, la unción que recibieron de él permanece en ustedes, y no necesitan que nadie les esté enseñando; antes bien, como la unción de él les está enseñando acerca de todas las cosas, y es verdad y no es mentira, y así como les ha enseñado, permanezcan en unión con él. Ahora, pues, hijitos, permanezcan en unión con él, para que cuando él sea manifestado tengamos franqueza de expresión y no se nos haga apartarnos de él avergonzados al tiempo de su presencia. Si ustedes saben que él es justo, adquieren el conocimiento de que todo el que practica la justicia ha nacido de él.”

– 1 Juan 2:26-29


    Sí, todos los que buscan la verdad —verdad divina, no la verdad de hombres— la encontrarán. Cuando nos vaciamos de las costumbres y rituales de hombres, y ‘tomamos nuestro madero de tormento,’ recibimos el ungimiento que nos servirá de guía. Esta es la manera en que Cristo Jesús nos fortalece como individuos y nos lleva a la libertad — al derramar en nosotros el Espíritu de la Verdad:

 

“Tengo muchas cosas que decirles todavía, pero no las pueden soportar ahora. Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye, y les declarará las cosas que vienen. Aquel me glorificará, porque recibirá de lo que es mío y se lo declarará a ustedes. Todas las cosas que el Padre tiene son mías. Por eso dije que él recibe de lo mío y se [lo] declara a ustedes.”

- Juan 16:12-15


Obteniendo religión de primera mano


    Cuando el Espíritu de la Verdad opera en nuestras vidas podemos experimentar religión de primera mano. El Espíritu de la Verdad es, de hecho, Jesús presente con nosotros individualmente. Pero cuando permitimos que hombre nos enseñen su propio entendimiento sobre Jesús esto nos lleva a someternos a sus propias interpretaciones, y nuestra religión llegue a ser de segunda mano — es decir, religión de oídas. Veamos por qué lo decimos:

 

1. Jesús dijo e hizo algunas cosas, pero nunca las puso por escrito.


2. Años después de su muerte, algunos de sus apóstoles y discípulos comenzaron a compilar notas de lo que podían recordar sobre lo que Jesús dijo e hizo, compararon estas notas entre ellos y publicaron esas notas compiladas en lo que ahora se conocen como los cuatro Evangelios —Mateo, Marcos, Lucas y Juan— los cuales fueron escritos en lenguajes de su día, griego y arameo.

 

3. Se considera [aunque no está completamente confirmado por registros fidedignos] que para 325 e.c., se convocó el Concilio de Nicea, seleccionaron de entre los cientos de escritos cristianos y, después de mucho debate, escogieron los 27 libros que ahora componen las escrituras cristianas. La historia revela que el libro de Revelación fue el último de los libros que fue aceptado en el canon de la Biblia, tal vez unos 100 años después que los otros libros fueron aceptados y después de mucho debatir y reconstruir sospechosamente su contenido.


4. Estos libros seleccionados o canonizados fueron traducidos a varios lenguajes que a su vez fueron traducidos a varios otros lenguajes hasta que llegamos a las traducciones de las Escrituras a lenguajes modernos.


5. Entonces los traductores modernos de la Biblia revisaron estos escritos de acuerdo con los nuevos descubrimientos arqueológicos y léxicos antiguos y vocabularios modernos, todos ellos afirmando que nos están proveyendo una traducción más exacta de lo que Jesús en realidad dijo.

 

    Después de todo este trabajo, lo que tenemos es un libro que contiene varias traducciones de traducciones de lo que se recuerda que fueron las palabras y enseñanzas de Jesús. Esta es la razón por la que algunos dudan su veracidad.

 

    Sin embargo, no decimos que la Biblia es “testimonio de oídas,” eso no quiere decir que no es confiable, no autentica, o no verdadera. Información de oídas simplemente significa que la persona que lee esos escritos no tiene conocimiento de primera mano de su veracidad. Podemos ilustrarlo de esta manera: cuando algo le sucede a usted y usted se lo cuenta a otro, para esa persona, su experiencia es de oídas, aunque usted sabe que es verdad. La persona a quien usted se lo dijo no tuvo esa experiencia de primera mano, por lo tanto todo lo que ella puede hacer es creerle o no creerle a usted. Él no puede probar a otras personas que la experiencia que usted tuvo en realidad ocurrió.

 

    Testimonio de oídas solamente significa que hemos llegado a saber algo mediante el testimonio de otros, y no por nuestra propia experiencia personal. La información de oídas no prueba nada al oyente. El oyente puede creerlo y aceptarlo como una verdad. Pero como seguidores de Cristo, se nos dice que probemos la verdad por nosotros mismos. (Romanos 12:1-2)

 

    Adicionalmente, el hecho de que los escritores bíblicos fueron inspirados no resuelve nuestro problema de que es testimonio de oídas, el Espíritu de la Verdad los inspiró a escribir los Evangelios, y les dio la convicción de que lo describieron era verdad, les ayudó a recordar en sus mentes las cosas que Jesús hizo y dijo.


“Más el ayudante, el espíritu santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho.”

– Juan 14:26

 

    Pero, ¿cómo nos afecta a usted y a mí esto? ¿No es todavía testimonio a oídas a pesar de que los escritores de los Evangelios mismos fueron inspirados? Los escritores pueden decir ‘¡pero el espíritu de la verdad me confirmó esto a mí!’ Pero todo lo que podemos hacer es aceptarlo o no aceptarlo. Su declaración no es la verdad. Inspiración divina es la posesión personal del individuo que es ayudado por el Espíritu de la Verdad, basada en la capacidad del individuo de recibir la verdad. Y esta ayuda puede y será dada a cada persona que la pide con fe. Por lo tanto, cuando el Espíritu de la Verdad llegue a nuestras vidas, entonces nosotros también, tendremos la convicción de que lo que escribieron los escritores de los Evangelios es la verdad. Este es el punto que el apóstol Juan trató de probar cuando escribió que “el ungimiento les está enseñando.” (1 Juan 2:26-27)


    Esta es la manera como, 2000 años más tarde, podemos experimentar a Cristo Jesús de primera mano. Recordamos que Jesús es la Palabra (Juan 1:1-2), que Jesús es la verdad (Juan14:6), y que la palabra de Dios es viva. (Hebreos 4:12) Por lo tanto, las palabras escritas sobre Jesús no son la fuerza activadora. La fuerza activadora es el Espíritu de la Verdad que continúa revelando al auténtico Jesús en nuestro día. Así que en vez de simplemente leer acerca de Jesús, aplicamos lo que aprendemos y lo imitamos en nuestras vidas. De esta forma, llegamos a ser sus testigos vivientes de primera mano de la verdad. Note lo que escribe el apóstol Pablo:

 

“Pero el hombre físico no recibe las cosas del espíritu de Dios, porque para él son necedad; y no [las] puede llegar a conocer, porque se examinan espiritualmente. Sin embargo, el hombre espiritual examina de hecho todas las cosas, pero él mismo no es examinado por ningún hombre. Porque “¿quién ha llegado a conocer la mente de Jehová, para que le instruya?”. Pero nosotros sí tenemos la mente de Cristo.”

– 1 Corintios 2:14-16


    El hombre espiritual aprende a examinar las cosas espiritualmente, no mediante leer sobre algo, sino mediante vivir la experiencia de hacerlo. En vez de dar testimonio de que ‘esto o lo otro es lo que Jesús dijo,’ podemos testificar que ‘yo soy un ejemplo viviente de la veracidad de lo que Jesús dijo y enseñó.’ ¡Esta es la meta! Ese es el significado de ser testigo. Si todo lo que estamos haciendo es relatar lo que hemos leído, no somos testigos verdaderos. El término legal es que no somos testigos ‘competentes’ y ‘no tenemos la capacidad’ de relatar los sucesos verdaderamente. Nuestro testimonio no sería tomado en cuenta en una corte judicial por ser ‘de oídas’. (Con la trepidación que nos vayan a multar por nuestra ignorancia de las reglas de la corte.)

 

   Si una persona experimenta algo de primera mano, nadie —ni clérigos, ni engañadores, ni líderes autonombrados— puede cambiar su convicción. Tal persona es sólida en su fe y puede entonces dedicarse a servir a sus hermanos en vez de estar vacilando con esta idea o la otra. Dicha persona llegue a ser un testigo competente, no de oídas, de Jesús. Sabemos de lo que hablamos.

 

    Lo que necesitamos hacer y ser es ejemplos viviente de las enseñanzas de Jesús. Debemos llegar a ser ‘Cristos en miniatura,’ sustituyendo por él. (2 Corintios 5:18-20), no simplemente propagadores de ‘rumores’ acerca de Cristo. En vez de pasivamente maravillarnos de la fe de los hombres y mujeres de la antigüedad, y los apóstoles y discípulos de la era cristiana primitiva, deberíamos estar descubriendo esas cualidades en nosotros mismos y llegando a ser una expresión de fe viviente y valor para nuestra generación y las futuras generaciones. Para aquellos de nosotros que estamos listos para aceptar este reto de ser héroes espirituales del día moderno, que son ejemplos vivientes del excelente valor del ministerio de Jesús, necesitamos hacer una investigación de primera mano de las enseñanzas claras y sencillas de Jesús, y dar el paso que menciona el siguiente artículo de nuestro simposio. Tenemos que aplicar la verdad, vivir la verdad y hablar la verdad los unos con los otros, separando de esta manera el hombre físico del hombre espiritual. Posee usted el valor para ser un héroe viviente y competente testigo de Jesús. Si es así, entonces pasemos adelante al siguiente artículo de esta serie, Viviendo la verdad.

 

 

“Elaia Luchnia”


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