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La transición hacia el Reino de los Cielos

DEJA QUE LOS MUERTOS ENTIERREN

A SUS MUERTOS

22 de diciembre 2012

 

 

(Mateo 8:21, 22) Entonces otro de los discípulos le dijo: "Señor, permíteme primero ir y enterrar a mi padre". Jesús le dijo: "Continúa siguiéndome, y deja que los muertos entierren a sus muertos".


    En el artículo anterior, 1914 y la Venida de Nuestro Señor Jesucristo, examinamos el entendimiento actual que enseñan los que llevan adelante entre los testigos de Jehová con relación a la venida de Cristo Jesús, lo que él ha estado haciendo, y lo que hará en el futuro. Aunque hay apoyo bíblico para algunas de sus ideas, cuando las analizamos en una narración continua, el "entendimiento actual" es insostenible para personas despiertas espiritualmente y con una mente orientada a lo espiritual.

 

    En el artículo anterior, pedimos al lector que nos avisara y corrigiera si de alguna manera habíamos expuesto el entendimiento actual del cuerpo gobernante de forma inexacta. En menos de 24 horas, recibimos varios mensajes electrónicos, pero ninguno de ellos ofreció alguna corrección. En vez de eso, la mayoría de los mensajes contenían información adicional sobre cálculos equivocados e inexactitudes relacionadas con 1914 y otros asuntos. Y un par de mensajes incluían links a artículos en donde la doctrina sobre el año 1914 aparentemente ha sido desacreditada completamente.


    Sabemos que el desarrollo de la doctrina sobre 1914 ha sufrido muchos y extraños cambios a través de los años. De todas maneras, la sociedad se las ha arreglado para explicar de alguna manera estos cambios para la satisfacción de muchos dentro de su organización. Es notable también, que todos los hombres que contribuyeron al extraño desarrollo de esta enseñanza ya están completamente muertos, dejando los errores que cometieron en las manos de los que llevan la delantera actualmente. Para ser justos, no podemos considerar responsables por el fiasco de las generaciones pasadas al cuerpo gobernante actual. Pero si podemos considerarlos responsables por el entendimiento y enseñanzas actuales. No pueden cambiar lo que sucedió en el pasado, pero sí pueden cambiar lo que está sucediendo ahora. No nos interesa, por decirlo "gastar pólvora en zopilotes", sino, curar a los que están enfermos.

 

    Sí, comprendemos hasta cierto grado la situación del cuerpo gobernante actual, ya que tienen que encontrar maneras de maniobrar entre estos errores de la generación anterior. Sospechamos que algunos entre ellos están extremadamente frustrados por lo que está ocurriendo, y apreciarían la oportunidad de comenzar con "borrón y cuenta nueva." Pero sienten temor de admitir estos errores; ya que hacerlo podría destruir su poder y superioridad. Y esos temores no carecen de fundamento.

 

    Admitir que Jesús no llegó de manera invisible a la tierra en 1914, o de que Jesús no los nombró como el único canal o conducto de la verdad en la tierra en 1919 destruiría absolutamente su superioridad como el "conducto divinamente asignado". Sin embargo, admitir esto con humildad significaría mucho a los ojos del Padre. Pues su Hijo dijo:


(Mateo 23:12) El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado.

 

    También sería de gran valor aún a los ojos de nuestros hermanos y hermanas que realmente se interesa más en seguir progresando en la fe que "en gastar pólvora en zopilotes." …Creemos que nuestros hermanos y hermanas que han permanecido fieles a la organización tienen gran amor los unos por los otros. A pesar de guardar algún resentimiento contra los que llevan la delantera, no quieren dispersarse y abandonar su familia espiritual. Creemos firmemente que la vasta mayoría de los testigos de Jehová disfrutan del ministerio y quiere servir a Dios lo mejor que pueden y predicar las verdaderas buenas nuevas del reino -sea cual sea la verdad- aun si ésta es diferente de la que antes se les había enseñado.

 

    Entonces repasemos como se llegó estas enseñanzas inexactas, no con el propósito de condenar y determinar quién es culpable, sino para no repetir esos errores en el futuro.

 

    El error en las enseñanzas de los dirigentes de los testigos de Jehová surgió cuando intentaron interpretar las profecías escondidas y oscuras del libro de revelación, y luego enseñar esas interpretaciones limitadas como doctrina, como si sus interpretaciones fueran la mismísima Palabra de Dios. Nosotros, los autores de este sitio, no tenemos problemas en especular sobre qué pudieran significar estas profecías; apoyamos el ejercitar la imaginación humana. La imaginación humana es la fuente y origen de productos y servicios muy valiosos en nuestra civilización moderna así como en la antigüedad. Todo avance en la historia humana comenzó con los pensamientos creativos de nuestra mente.

 

    Aún nuestra asociación comenzó en la mente de un hombre, Charles Taze Russell, quien concibió la existencia de una asociación mundial de hermanos de Cristo que aceptarían el reto de predicar y enseñar acerca del Reino de los Cielos como embajadores sustituyendo por Cristo. Muchos cambios de personal, de doctrinas, y del modelo de la organización de la asociación misma han ocurrido desde la muerte del hermano Russell, pero el principio piadoso central de ser predicadores y maestros de las buenas nuevas del reino ha continuado sin cambio a través de la historia de nuestra organización.

 

    El reto que se nos presenta hoy día es asegurarnos de que estemos enseñando la buena nueva del reino así como Jesús la enseñó, no una forma modificada de esta basada en interpretaciones proféticas erróneas y sin base sólida. ¡Tenemos que enfocarnos en las enseñanzas claras, autenticas, y no adulteradas que enseñó Cristo, no en pasajes bíblicos de profecías escondidas y oscuras --que por alguna razón lo están! Entonces ¿Qué fue lo que Jesús enseñó en realidad?

 

  • Enseñó que había llegado el tiempo para que la humanidad entrara literalmente y desde ese momento en el Reino de los Cielos.


(Mateo 4:17) Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: "Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado".


(Mateo 4:23) Y recorría toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y predicando las buenas nuevas del reino y curando toda suerte de dolencia y toda suerte de mal entre el pueblo.


(Mateo 5:3-11) "Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos. "Felices son los que se lamentan, puesto que ellos serán consolados. "Felices son los de genio apacible, puesto que ellos heredarán la tierra. "Felices son los que tienen hambre y sed de justicia, puesto que ellos serán saciados. "Felices son los misericordiosos, puesto que a ellos se les mostrará misericordia. "Felices son los de corazón puro, puesto que ellos verán a Dios. "Felices son los pacíficos, puesto que a ellos se les llamará 'hijos de Dios'. "Felices son los que han sido perseguidos por causa de la justicia, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos. "Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa.  Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes.

 

  • Nos enseñó que Dios es nuestro Padre:


(Mateo 6:9-15) "Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: "'Padre nuestro [que estás] en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra. Danos hoy nuestro pan para este día; y perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo'. "Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes; mientras que si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco perdonará su Padre las ofensas de ustedes.

 

  • Predicó que todos somos hermanos:


(Mateo 23:8, 9) Mas ustedes, no sean llamados Rabí, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos.  Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial.

 

  • Enseñó que desde el comienzo del tiempo, el Padre quería que la humanidad tuvieracopropiedad como herederos del reino celestial:


(Mateo 25:34) "Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.

 

  • Enseñó que para poder entrar en el reino de los cielos tenemos que volver a nacer:


(Juan 3:3) En respuesta, Jesús le dijo: "Muy verdaderamente te digo: A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios".

 

  • Enseñó que debemos esforzarnos por imitarlo a él y a nuestro Padre.


(Mateo 5:48) Ustedes, en efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto.

 

  • Predicó que tenemos que conocerlo a él y a su Padre:


(Juan 17:3) Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.

 

  • Enseñó que solamente tenemos que guardar dos mandamientos para agradar a Dios:


(Mateo 22:35-40) Y uno de ellos, versado en la Ley, preguntó, para probarlo: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?". Él le dijo: "'Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente'. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo, semejante a él, es este: 'Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo'. De estos dos mandamientos pende toda la Ley, y los Profetas".

 

  • Predicó que debemos buscar el perdón de nuestros pecados y perdonar a otros:


(Mateo 6:11-15) Danos hoy nuestro pan para este día; y perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo'. "Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes; mientras que si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco perdonará su Padre las ofensas de ustedes.

 

  • Nos enseñó que dejáramos de juzgar a otros:


(Mateo 7:1-5) "Dejen de juzgar, para que no sean juzgados; porque con el juicio con que ustedes juzgan, serán juzgados; y con la medida con que miden, se les medirá. Entonces, ¿por qué miras la paja [que hay] en el ojo de tu hermano, pero no tomas en cuenta la viga [que hay] en tu propio ojo? O, ¿cómo puedes decir a tu hermano: 'Permíteme extraer la paja de tu ojo'; cuando ¡mira!, hay una viga en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Primero extrae la viga de tu propio ojo, y entonces verás claramente cómo extraer la paja del ojo de tu hermano.

 

  • Nos enseñó la ley suprema de ser justos e imparciales con otros:


(Mateo 7:12) "Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho, es lo que significan la Ley y los Profetas.

 

  • Nos dejó un trabajo que efectuar:


(Mateo 28:19, 20) Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas".

 

    Éstos son los principios básicos de las verdaderas buenas nuevas del reino. Para una consideración adicional de las verdaderas buenas ve el artículo "¿Cuáles son las buenas nuevas?" - "What is the Good News". En la medida en que crezcamos en conocimiento y aprecio de estas ideas sencillas, Jesús prometió que el espíritu de la verdad actuaría dentro de nosotros para guiarnos a verdades aún más profundas:


(Juan 16:12, 13) "Tengo muchas cosas que decirles todavía, pero no las pueden soportar ahora. 13 Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propio impulso, sino que hablará las cosas que oye [de Cristo], y les declarará las cosas que vienen.

 

    Después de la resurrección de Jesús, sus seguidores continuaron enseñando las cosas que Jesús les mandó. Se escribieron y enviaron cartas los unos a los otros dando explicaciones adicionales de estas gloriosas buenas nuevas. Aunque la Biblia solo contiene 26 libros pequeños que explican las enseñanzas de Jesús, excepto el libro profético de Revelación, estos escritos no sirven como un eficaz fundamento para embarcarnos en nuestra carrera celestial. Además tenemos el espíritu de la verdad para impulsarnos progresivamente [más allá del fundamento] por ese camino a la vida celestial.


    Entonces ¿cómo debemos considerar el libro de revelación y otras difíciles profecías sobre eventos futuros? Ciertamente no podemos ignorarlo. Pero tampoco podemos temerle. El apóstol Juan escribió revelación:


(Revelación 1:3) Feliz es el que lee en voz alta, y los que oyen, las palabras de esta profecía, y que observan las cosas que se han escrito en ella; porque el tiempo señalado está cerca.

 

    Sí, podemos envolvernos en una variedad de especulaciones acerca de su simbolismo. Pero debemos tener cuidado de no asignarle significado doctrinal a nuestras especulaciones o atemorizar a aquellos que no están de acuerdo con nuestros puntos de vista.


    Nuestra conexión con el reino es espiritual e individual -totalmente una experiencia de carácter personal que brota del espíritu- basada en la convicción de que somos hijos de Dios. La caída de naciones, el derrumbe de imperios económicos, la inestabilidad telúrica, el fin de una era, y hasta el fin del mundo, tienen muy poco que ver con aquellos que creen las verdaderas buenas nuevas del reino y que han confiado su vida en la garantía protectora y segura del Reino Eterno de los Cielos.

 

    Nosotros los que conocemos a Dios y confiamos en la verdad ya hemos recibido la garantía de la libertad. Puesto que nuestras vidas la vivimos en el espíritu -al haber llegado a ser ungidos- y para el Padre -por ser adoptados como hijos del, nada puede ser de más seria importancia para nosotros. Jesús enseñó: 

 

(Mateo 6:33, 34) "Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.

 

    No olvidamos que mediante nuestra fe, se nos ha inscrito como ciudadanos de los cielos. Note lo que dice Pablo:


(Filipenses 3:20) En cuanto a nosotros, nuestra ciudadanía existe en los cielos, lugar de donde también aguardamos con intenso anhelo a un salvador, el Señor Jesucristo,

 

    No se nos puede perturbar por nuestros quehaceres temporales o por cataclismos terrestres. ¿Qué nos importa a nosotros, a los que hemos creído en las verdaderas buenas nuevas reino si naciones desaparecen, la época termina, o todas las cosas visibles terminan en destrucción? ¿No sabemos que nuestras vidas son el don de Cristo -ya que por él nacimos de nuevo en el espíritu, y que nuestra personalidad está protegida por toda la eternidad en las manos del padre?


    Viviendo nuestras vidas por fe y produciendo el fruto del espíritu a través de nuestros servicios amorosos a favor de nuestros hermanos, podemos con toda confianza mirar hacia el futuro a la siguiente etapa de nuestra carrera eterna con la misma fe que ya nos sustenta a través de esta primera aventura aquí en el planeta tierra como hijos de Dios.

 

    La manera que efectuamos nuestras responsabilidades durante nuestra vida en la tierra no debería ser diferente porque estamos esperando pronto la venida del Hijo del Hombre, o porque ha llegado el momento de nuestra muerte natural. Cuando, mediante fe ha quedado establecida nuestra paternidad con Dios, nada más importa respecto a la certeza de nuestra supervivencia futura. Esta fe en la supervivencia es una fe viviente, y se manifiesta cada vez más abundantemente mediante la acción del fruto del espíritu divino que originalmente nos inspiró.

 

    No solamente los testigos de Jehová, pero muchas otras organizaciones cristianas bien intencionadas se han extraviado por el camino de las predicciones dogmáticas sobre el tiempo del fin con resultados desastrosos. Hay tantas mujeres y hombres fieles que han sido extraviados en espera de cumplimientos proféticos, pero terminaron con una fe y esperanzas quebrantadas. Podemos contar muchos, muchos de esos individuos quienes como resultado de la desilusión, no solamente le dieron la espalda a la religión, pero también a Cristo y a su Padre. ¡Ay de aquellos que los hicieron tropezar! Esperamos no estar entre esos o ser sus apoyadores. Y si lo hicimos en el pasado, arrepintamos y volvámonos de ese derrotero.

 

    Tenemos que admitirlo: sí, como organización hemos errado en nuestras enseñanzas y en nuestra premura por entender cosas que no estábamos preparados para entender. Sí, nosotros como organización hemos calculado incorrectamente fechas; en nuestro fervor por estar listos para el Cristo. Sí, como organización hemos extraviado y alejado a muchas personas de la verdadera esperanza del Reino; creyendo de todo corazón que nuestros predecesores del día moderno habían recibido dirección divina. Y, sí, hemos tratado de manera injusta, como organización, a miembros de otras asociaciones que proclamaron la esperanza celestial a pesar de nuestra oposición, opresión y burla, pensando que al hacerlo estábamos rindiendo servicio sagrado a Dios. Jesús nos advirtió así:


(Juan 16:1-4) "Les he hablado estas cosas para que no se les haga tropezar. Los expulsarán de la sinagoga. De hecho, viene la hora en que todo el que los mate se imaginará que ha rendido servicio sagrado a Dios.  Mas ellos harán estas cosas porque no han llegado a conocer ni al Padre ni a mí. Sin embargo, les he hablado estas cosas a ustedes para que, cuando llegue la hora para ellas, se acuerden de que se las dije. "Estas cosas, sin embargo, no se las dije al principio, porque estaba con ustedes.

 

    Admitir nuestros errores del pasado es el primer paso para sanarnos, y es la prueba más grande de que nos estamos dejando guiar por el espíritu. Como el apóstol Pablo aconsejó:


(Hechos 3:19-21) "Arrepiéntanse, por lo tanto, y vuélvanse para que sean borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de parte de la persona de Jehová y para que él envíe al Cristo nombrado para ustedes, Jesús, a quien el cielo, en verdad, tiene que retener dentro de sí hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo."

 

    Sí, hermanos, cuando nos hayamos arrepentido de nuestros errores doctrinales, podemos esperar "épocas de refrigerio" de parte de Jehová. Y podremos recibir la verdadera enseñanza de Cristo, de la cual hemos sido privados por nuestro error.

 

    Podemos arrepentirnos en lo personal, aún si nuestros dirigentes no están dispuestos a hacer. Y podemos prometer solemnemente que mantendremos nuestros ojos fijos en el premio de la llamada hacia arriba. La Escritura nos dice:


(Filipenses 3:14) prosigo hacia la meta para el premio de la llamada hacia arriba por Dios mediante Cristo Jesús.

 

     Así podremos "demostrar que somos dignos del Cristo."


    Entonces podremos enfocar nuestra visión en el futuro, olvidándonos del tiempo perdido y el desafortunado error que yace en nuestro pasado, y obedecer el consejo de Cristo Jesús de "dejar que los muertos entierren a los muertos," y marchar hacia delante, iluminados por la luz plena de la verdad del Cristo.

 

    Damos la bienvenida a sus comentarios.

 

“Elaia Luchnia”

 

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