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TRAYENDO EL CIELO

ENTRENANDO NUESTRAS FACULTADES PERCEPTIVAS

02 de septiembre 2013

 

 

 

"En lo que respecta a él tenemos mucho que decir y difícil de explicar, puesto que ustedes se han hecho embotados en su oír. Porque, en realidad, aunque deberían ser maestros en vista del tiempo, de nuevo necesitan que alguien les enseñe desde el principio las cosas elementales de las sagradas declaraciones formales de Dios; y han llegado a ser como quienes necesitan leche, no alimento sólido. Porque todo el que participa de leche no conoce la palabra de la justicia, porque es pequeñuelo. Pero el alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que mediante el uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto."

– Hebreos 5: 11-14

 

    Las palabras de Pablo que acabamos de leer fueron escritas a los cristianos hebreos del primer siglo. Aunque habían aceptado su relación como hijos de Dios, estaban teniendo problemas en reconciliar las palabras de Moisés y los Profetas [es decir, todos los escritos que se conoce hoy como el antiguo testamento] con el ministerio y propósito de Cristo Jesús. Por lo tanto, Pablo decidió empezar desde el principio, por decirlo así, y explicarles el desarrollo del secreto sagrado sobre la paternidad de Dios y su destino celestial de una manera que ellos pudieran comprender. La carta a los Hebreos esta dedicada completamente a este propósito.

 

    En cierta forma, hoy se necesita hacer una reconciliación similar. Los cristianos modernos, aun aquellos que aceptan su paternidad con Dios, continuamos teniendo dificultades en armonizar las palabras de Cristo Jesús con las profecías. Y, de igual manera, necesitamos de nuevo entrenar nuestras facultades perceptivas para poder distinguir entre lo correcto e incorrecto.

 

    Por ejemplo, la Biblia presenta la posibilidad de que las profecías sobre la destrucción de este mundo se pudieran evitar mediante arrepentirse y efectuar buenas obras que reflejen ese arrepentimiento. El relato de Jonás y los Ninivitas reflejan esta conclusión. Ese relato nos ayuda a comprender que Dios no está interesado en destrucción. Como Cristo Jesús explico, lo que le interesa a Dios realmente es la salvación de sus criaturas:

 

"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para que juzgara al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él."

– Juan 3:16-17

 

    La posibilidad de que Dios decida no traer la destrucción sobre la humanidad es consistente con la personalidad amorosa, sabia y misericordiosa de Dios, según Cristo Jesús la reveló. La dificultad en reconciliar las escrituras proféticas con las enseñanzas de Cristo Jesús se reflejan en los sentimientos de confusión en los comentarios que hacemos. Note lo que un hermano preguntó:


"Respecto a la posibilidad de que no haya destrucción estoy un poco confundido. La Biblia no menciona para nada ningún 'arrepentimiento de último minuto" y que la gente se volverá a Cristo. En vez de eso la Biblia habla de un "gran alejarse" de las enseñanzas originales de Cristo Jesús que probablemente resultará en una religión mundial del anticristo durante los siete años de tribulación y" la marca de la bestia." Que tal si la vuelta de Jesús será primera en conexión con un "arrebatamiento," seguido después por el comienzo de la "gran tribulación" y que este "día del Señor" terminará con el regreso de Cristo para que al fin todos lo vean? [Es decir al final de los siete años de tribulación]. Estimando "un día por un ano", por decirlo así. Entonces Cristo establecería el Reino aquí en la tierra justamente después de "Armagedón" precisamente al final de este período de tribulación."

 

    La clave para remover la confusión es percepción y discernimiento. Como Pablo escribió, no debemos ser "lentos para oír". Debemos distinguir la diferencia entre enseñanzas claras, las ilustraciones o parábolas, y las profecías. Además, debemos comprender la importancia relativa de cada una de ellas. Cuando hacemos eso, podremos reconciliar las tres sin tener que ignorar ninguna. Y esto abre la posibilidad que ocurra lo mismo que sucedió en Nínive.


Enseñanzas Claras, Ilustraciones y Profecías


    Las enseñanzas claras son las cosas que Jesús enseñó directamente que tienen como propósito despertar el espíritu en la humanidad y motivarla al amor y las buenas obras. (Heb 10:24) El contenido del Sermón del Monte es un buen ejemplo de enseñanza clara. Las enseñanzas claras no tienen significado escondido. Son totalmente abiertas, claras y sin ambigüedad. Las enseñanzas claras son atractivas a la mente. Imparten conocimiento. Son lógicas razonables, prácticas y útiles. Note algunos ejemplos de enseñanzas claras:

 

"Dejen de juzgar, para que no sean juzgados."

– Mateo 7:1


"Mas ustedes, no sean llamados Rabí, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos. Además, no llamen padre de ustedes a nadie sobre la tierra, porque uno solo es su Padre, el Celestial."

– Mateo 23:8-9

 

"Jesús le dijo: "Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí."

– Juan 14:6


    Las parábolas o ilustraciones son un método de enseñanza que amplifica las enseñanzas simples y estimulan el crecimiento espiritual por medio de impartir más entendimiento. Las ilustraciones son atractivas a la mente "más profunda," que a menudo se le llama "el corazón". Transmiten su significado mediante ilustraciones y situaciones hipotéticas; situaciones que usualmente ocurren en la vida cotidiana del oyente. Las enseñanzas claras y las ilustraciones van de la mano. Las ilustraciones nos dicen como usar o aplicar las enseñanzas claras. Las ilustraciones son de aplicación abierta y permiten el crecimiento continuo y crecen en valor y significado. De esta forma, ejercitamos nuestros poderes de comprensión y aumentamos en
discernimiento y reflexión pero no en previsión. Aquí están algunos ejemplos de ilustraciones:

 

"Otra ilustración les propuso, diciendo: "El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; la cual es, de hecho, la más pequeña de todas las semillas, pero cuando ha crecido es la más grande de todas las legumbres, y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y hallan albergue entre sus ramas". Otra ilustración les habló: "El reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres grandes medidas de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada."

– Mateo 13:31-33


"¿Quién es, verdaderamente, el esclavo fiel y discreto a quien su amo nombró sobre sus domésticos, para darles su alimento al tiempo apropiado? ¡Feliz es aquel esclavo si su amo, al llegar, lo hallara haciéndolo así! En verdad les digo: Lo nombrará sobre todos sus bienes."

– Mateo 24:45-47


    Las profecías, por otra parte, son proclamaciones de cosas que pueden suceder, o que sucederán en el futuro como resultado de nuestra actitud y reacción a las enseñanzas claras de Cristo Jesús. Las profecías imparten previsión pero no necesariamente nos dan pre conocimiento. La razón es que hay dos clases de profecías: literales y escondidas.

 

    Las profecías literales son claras y abiertas. No requieren descifrar o interpretar. Sin ninguna confusión presentan a quién, por qué, cuándo, y dónde sucederán los eventos y a veces hasta cómo se cumplirán. La profecía de Jonás sobre la destrucción de Nínive es un ejemplo de una profecía literal. Otro ejemplo de profecías literales son las que dio Jesús respecto a la destrucción de Jerusalén según se registra en los libros de Mateo, Marcos y Lucas. Jesús expreso sin ninguna ambigüedad quién: Jerusalén; qué sucedería: destrucción; cuándo: en esa generación; por qué: por ser una nación falta de fe; cómo seria destruida: mediante la "cosa espantosa que causa desolación" de la que habló Daniel. La única parte un poco oscura fue el cómo sucedería, pues solo dijo de que no quedaría piedra sobre piedra.

 

    Las profecías escondidas se dan en "símbolos y señales." Los significados son intencionalmente oscuros para que los que lean la profecía no sepan precisamente que es lo que va a suceder hasta el día en que llega su cumplimiento. El dador de la profecía, intencionalmente la oscurece. Estas profecías no son rompecabezas que se pueden resolver, tienen significado escondido para que no sean evidentes hasta el día de su cumplimiento. Estas son herramientas espirituales que nos ayudan a mantenernos alertas y despiertos.


"Feliz es el que lee en voz alta, y los que oyen, las palabras de esta profecía, y que observan las cosas que se han escrito en ella; porque el tiempo señalado está cerca."

– Revelación 1:3


    Al escudriñar las profecías con una mente abierta, nuestra esperanza permanece aguzada. Pero el clamor por darle interpretación final a las profecías es un esfuerzo que va contrario a los intereses de la humanidad, porque una vez que cristalizamos su significado, nuestras mentes se cierran y la profecía escondida ya no puede efectuar su propósito. Algunas profecías del libro de Revelación están escondidas, tales como la identidad de las bestias, el significado de los tazones de ira, y el horario de esos eventos. De hecho para añadir al suspenso, el libro indica que algunos de los eventos ya habían ocurrido para el tiempo o durante el tiempo que Juan los escribió:

 

"Yo Juan, hermano de ustedes y partícipe con ustedes en la tribulación y reino y aguante en compañía con Jesús, llegué a estar en la isla que se llama Patmos por hablar acerca de Dios y por dar testimonio de Jesús."

– Revelación 1:9


    Nuestra generación no es la primera en tratar de interpretar el libro de Revelación. Generaciones antes que nosotros y generaciones antes de esas escudriñaron el libro. Tal escudriñamiento sirve un propósito útil con tal que mantengamos la interpretación fluida y abierta a las actividades y entendimiento siempre cambiante de los hombres. Ya nos hemos dado cuenta de lo que sucede cuando la interpretación profética se cristaliza y las predicciones no se cumplen.

 

    A manera de repaso podemos decir que las enseñanzas claras son las cosas que debemos saber para agradar a Dios. Las parábolas o ilustraciones nos dicen las maneras en que podemos aplicar y entender las enseñanzas claras. Y las profecías nos dan discernimiento futuro sobre lo que nos ocurrirá como resultado de hacernos obedientes a las enseñanzas claras del Hijo de Dios.


    Ahora que ya hemos hecho esta distinción útil entre las enseñanzas claras, las ilustraciones, y las profecías. ¿Cuál de las tres tiene el mayor peso y cuáles son de menor importancia en lo que respecta a nuestra salvación?


    Debería ser obvio que, de las tres, la que tiene mayor importancia es las enseñanzas claras ya que son la enseñanza directa del Maestro, Cristo Jesús. Las enseñanzas directas de Jesús nos dicen lo que tenemos que hacer para agradar a Dios. Las ilustraciones son útiles pero no serían esenciales si no las tuviéramos, todavía sabríamos qué es lo que tenemos que hacer. Y si aplicamos las instrucciones claras y simples, sabemos que sin importar que haya profecías que todavía faltan por cumplirse, terminaremos en el lado triunfador porque hemos hecho lo que a Dios le agrada.


Repitiendo la Historia

 

    Es una trampa darle el mayor peso a las profecías y darle nuestra atención primaria según se demostró en la nación de Israel. En sus santos escritos había numerosas profecías señalando y describiendo que vendría un "salvador". Estos asuntos eran objeto de frecuente conversación y formaban parte integral de su adoración. ¡De hecho, sus escribas ofrecieron muchas explicaciones sobre las profecías y promovieron enfáticamente sus interpretaciones y expectativas tan vigorosamente como la ley de Moisés misma! Sin embargo cuando llego el Salvador, los escribas y líderes, junto con la basta mayoría de los judíos no lograron percibir quién era. ¿Por qué? Porque le dieron más importancia a sus interpretaciones proféticas y sus "tradiciones" que a las enseñanzas claras y sencillas del profeta Moisés. Note lo que Jesús les dijo:

 

"En respuesta, él les dijo: "¿Por qué traspasan ustedes también el mandamiento de Dios a causa de su tradición? Por ejemplo, Dios dijo: 'Honra a tu padre y a tu madre'; y: 'El que injurie a padre o a madre termine en muerte'. Pero ustedes dicen: 'Cualquiera que diga a su padre o a su madre: "Todo lo que tengo por lo cual pudieras sacar provecho de mí es una dádiva dedicada a Dios", no debe honrar de ningún modo a su padre'. Y así ustedes han invalidado la palabra de Dios a causa de su tradición. Hipócritas, aptamente profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo: 'Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas'".'

– Mateo 15:3-9


    Si hubieran prestado más atención a las enseñanzas claras de Moisés, hubieran sido más receptivos a las buenas nuevas. Moisés fue un organizador que instruyó a la nación para que tuvieran una vida mejor y pudieran calificar para ser la nación que arrojaría luz espiritual y así todas las naciones se bendecirían a sí mismas. (Gen 22:18) Pero sus escribas y maestros, añadieron sus propias opiniones e interpretaciones a las palabras de Moisés. Fueron más allá de lo que Moisés dijo y las convirtieron en mandamientos de Dios. Estas enseñanzas llegaron a ser sus "tradiciones" que formularon sus expectativas y afectaron su entendimiento de las profecías.

 

    Si se hubieran apegado a su promesa de obedecer estrictamente las palabras dadas por Moisés y dar menos atención a los mandatos de hombres, hubieran reconocido a Jesús como el Mesías predicho, aun sino por la manera de su llegada, ciertamente por las cosas que dijo he hizo durante su ministerio. Pero sus mentes estaban segadas por sus "tradiciones." No pudieron ver más allá de sus propias conjeturas religiosas.

 

    En particular esperaban un salvador guerrero que pudiera establecer un gobierno terrestre en Jerusalén sobre el trono de David, destruir a los romanos y sujetar a todos los pueblos en las manos de la nación Judía. Esperaban ser exaltados y todos sus enemigos ser destruidos. Pero cuando el Salvador llegó proclamando amor, misericordia y reconciliación con Dios, lo rechazaron a él y su mensaje. En vez de conseguir la salvación, los que estaban esperando un reino terrestre fueron destruidos junto con su templo en el 70 E.C ¡De seguro se quedaron pasmados cuando vieron que fue su propia ciudad, Jerusalén, la que fue destruida y no sus enemigos!

 

    ¿Por qué está determinada la Cristiandad hoy a repetir los errores del Judaísmo del primer siglo? ¿Por qué se ha convertido la Cristiandad en algo similar a esta nación rechazada y fracasada? ¿Por qué rehúsan discernir y aceptar a nuestro Señor como el Príncipe de Paz (Isaías 9:6) y no un promotor de guerras? Y ¿Por qué continua la Cristiandad buscando el reino de Dios en la tierra, en vez de la voluntad de Dios en la tierra, como Jesús enseñó? (Mateo 6:9-10) El reino de Dios es un reino celestial, en la región de los espíritus, no un gobierno terrestre y poblado con seres humanos. ¡Estos son asuntos de seria consideración porque si no aprendemos las lecciones del pasado, estamos destinados a repetirlas!


El Proceder Sabio

 

    Creemos que el proceder más sabio es, por decirlo así, comenzar de nuevo. Regresar a las enseñanzas claras y simples de Jesús y edificar nuestra fe sobre ese fundamento. Debemos percibir la diferencia entre las enseñanzas claras y las profecías; dejar atrás todas las interpretaciones proféticas que se andan enseñando en la Cristiandad como si fueran verdades doctrinales, y luego re-examinarlas a la luz del verdadero carácter y la personalidad de nuestro Dios y nuestro Señor Jesucristo. Creemos que este proceder revela verdadero discernimiento.

 

    A menudo, la sofistería intelectual (*)de los hombres se interpone entre la comprensión de las enseñanzas claras de Jesús y desarrollar fe sobre ese fundamento espiritual sólido. De hecho, nubla nuestra visión espiritual. ¡Con cuanta más urgencia necesita nuestra generación entrenar sus facultades perceptivas para desarrollar en sí mismos la sabiduría que los guiará al conocimiento verdadero!

 

    Por ejemplo, sabemos que nuestro Señor es el Príncipe de Paz. Sabemos que Jesús enseñó que debemos amar a nuestros enemigos, no pelear con ellos. Y sabemos que Jesús no es ni hipócrita ni esquizofrénico. Por lo tanto, cualquier interpretación profética que lo pinta de cualquier otra manera está equivocada -simple y sencillamente. Tal vez el personaje que describe la profecía no es Jesús. Tal vez los actos agresivos no son literales. Y tal vez, hasta sería concebible que, la profecía ha sido alterada.

 

    Puesto que no sabemos con certeza qué es lo que ha ocurrido, creemos que es sabio no dar tanta importancia a la profecía y enfocarnos en lo que sí sabemos con certeza -que Dios es el Padre de todo hombre y mujer, y que todos somos hermanos y hermanas; que somos parte de una gran familia con deficiencias y que se ha perdido; y que, al igual que en la parábola del hijo prodigo, nuestro Padre inefable aceptará en su Reino celestial y en sus brazos misericordiosos a todos aquellos que se vuelven de la maldad para servirle. ¡Esas son las buenas nuevas del Reino!

 

    Ahora, regresemos al comentario que hizo nuestro hermano que está confundido. Lo que ha hecho es seleccionar varios textos de las Escrituras y crear una historia. Algunas partes están tomadas del libro de Daniel, a los Tesalonicenses, a los Corintintios y de la Revelación. Lo que omitió fueron las enseñanzas claras sobre la personalidad y carácter de nuestro Dios y Padre, y de su Hijo según se registran en Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estas son las ideas que su interpretación supone:

 

1. Que aun antes que Cristo viniera, Dios ya había decidido destruir a la mayoría de la humanidad;


2. Que Dios ya había predeterminado que el mensaje de Cristo Jesús no produciría buenos resultados y no captaría la atención de la vasta mayoría de su creación;


3. Que todos los avances de la humanidad en entendimiento espiritual, en amor a la hermandad mundial, y en mostrar respeto a la vida, no tienen ningún verdadero valor;


4. Que la destrucción en masa de la vida y propiedad son el método que Dios utiliza para cumplir su propósito;


5. Que todos los cristianos fieles serán llevados al cielo antes que Dios guerree contra el resto de la humanidad, pero que Cristo establecerá un reino en la tierra para todos los sobrevivientes que no calificaron para ser arrebatados al cielo.


6. Que la sofistería intelectual del Anticristo es más poderosa que las buenas nuevas;

 

7. Que Cristo Jesús no viene solo por segunda vez, sino por una tercera vez; y lo de más importancia,


8. Que no hay nada que podemos hacer, sin importar cuantas personas se vuelvan a Dios, para cambiar la calamidad predicha.

 

    No podemos aceptar estas suposiciones y presuposiciones. Simplemente no son consistentes con la personalidad de Dios así como la reveló claramente Cristo Jesús; tampoco armonizan con las cualidades que Jesús desplegó cuando estuvo en la tierra, ni con las enseñanzas pacíficas y de esperanza que predicó. Puesto que la interpretación de nuestro hermano es una opinión, no podemos decir que está equivocada y ni siquiera decir si es correcta o incorrecta. Simplemente son opiniones que todos tenemos el derecho a expresar. Sin embargo, recomendamos prudencia al presentar nuestras opiniones como si fueran doctrina, especialmente en vista de las implicaciones de la interpretación.

 

    Y esperamos que lo hayamos persuadido a reconsiderar su opinión a la luz de la información que hemos mencionado arriba y de los siguientes pensamientos de las Escritura:

 

"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para que juzgara al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él."

– Juan 3:16, 17


"Les he dicho estas cosas para que por medio de mí tengan paz. En el mundo están experimentando tribulación, pero ¡cobren ánimo!, yo he vencido al mundo."

– Juan 16:33


"Y Jesús se acercó y les habló, diciendo: "Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas".

– Mateo 28:19-20

 

"Sigan, pues, buscando primero el reino y la justicia de [Dios], y todas estas [otras] cosas les serán añadidas. Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.”

– Mat 6:33-34


"Hermanos, todavía no me considero como si [lo] hubiera asido; pero hay una cosa en cuanto a ello: Olvidando las cosas que quedan atrás, y extendiéndome hacia adelante a las cosas más allá, prosigo hacia la meta para el premio de la llamada hacia arriba por Dios mediante Cristo Jesús. Nosotros, pues, cuantos somos maduros, seamos de esta actitud mental; y si ustedes se inclinan mentalmente de otro modo en sentido alguno, Dios les revelará la [actitud] mencionada. De todos modos, hasta donde hayamos progresado, sigamos andando ordenadamente en esta misma rutina."

– Filipenses 3:13-16

 

"Mantengan la mente fija en las cosas de arriba, no en las cosas sobre la tierra."

– Colosense 3:2


"Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento."

– 2 Pedro 3:9


    Sí, estos son "tiempos difíciles de manejar" (2 Timoteo 3:1-7), pero no debemos estar entre aquellos que "tienen una forma de devoción piadosa, pero resultan falsos a su poder" (2 Timoteo 3:5) al negar el poder de las buenas nuevas de salvar nuestro mundo. Como escribió Pablo a Timoteo:

 

"Pero niégate a admitir los cuentos falsos que violan lo que es santo, y los cuales las viejas cuentan. Por otra parte, ve entrenándote con la devoción piadosa como mira. Porque el entrenamiento corporal es provechoso para poco; pero la devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir. Fiel y merecedora de plena aceptación es esa declaración. Porque con este fin estamos trabajando duro y esforzándonos, porque hemos cifrado nuestra esperanza en un Dios vivo, que es Salvador de hombres de toda clase, especialmente de los fieles."

– 1 Timoteo 4:7-10

 

    No, el Padre no desea que nadie sea destruido (Juan 3:16), nosotros también deberías querer eso. Deberíamos gastar nuestro tiempo y energía en diseminar las buenas nuevas del reino -buenas noticias en vez de introducir temor. No hay manera de sobre enfatizar este punto. Como dice el dicho, es una locura esperar que las cosas nos salgan diferentes sino cambiamos lo que estamos haciendo. No es razonable esperar un futuro diferente al que tuvo el sistema Judío si fallamos en discernir las enseñanzas claras de Jesús y la posición subordinada -de menor importancia- que tienen las profecías. O aprendemos las lecciones de la historia o estamos condenados a repetirlas. Recuerde, no fueron la naciones las que fue destruidas, fueron destruidos los que no percibieron el propósito misericordioso y superior del Padre y sus ideales elevados para la humanidad según los representó en la persona de Jesús de Nazaret.

 

    Damos la bienvenida a sus comentarios.


“Elaia Luchnia”

 

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